Arica, conocida como la "Ciudad de la Eterna Primavera", es un destino fascinante en el extremo norte de Chile. Con un clima cálido todo el año, playas de ensueño, una rica historia y una mezcla cultural única, esta ciudad ofrece una amplia gama de actividades para todos los gustos.
1. Relajarse en las Playas de Arica
Arica es conocida por sus playas, que atraen tanto a locales como a turistas. Entre las más populares destacan:
- Playa Chinchorro: Ideal para familias, gracias a sus aguas tranquilas y a la infraestructura cercana. Hay restaurantes, juegos infantiles y espacios para hacer picnic.
- Playa La Lisera: Una playa pequeña pero pintoresca, perfecta para nadar y disfrutar de un día tranquilo.
- Playa El Laucho: Muy frecuentada por jóvenes, con un ambiente relajado y locales cercanos para refrescarse.
- Playa Corazones: Destacada por su belleza natural, con formaciones rocosas impresionantes y cuevas que puedes explorar.
Para los amantes del surf, Arica también cuenta con spots como El Gringo y El Buey, que ofrecen olas perfectas para surfistas experimentados.
2. Visitar el Morro de Arica
El Morro de Arica es un ícono de la ciudad y una visita obligada. Este histórico cerro fue escenario de la Batalla de Arica durante la Guerra del Pacífico, y actualmente alberga un museo que narra esta etapa de la historia chilena. Desde la cima, disfrutarás de una vista panorámica de la ciudad, el océano Pacífico y el desierto que rodea la región. Es un lugar perfecto para tomar fotografías al atardecer.
3. Explorar el Valle de Azapa
A pocos kilómetros de Arica, el Valle de Azapa es un oasis verde que contrasta con el árido desierto circundante. Aquí encontrarás plantaciones de olivos y mangos, y podrás degustar el famoso aceite de oliva local.
Además, en el valle se encuentra el Museo Arqueológico San Miguel de Azapa, que alberga una impresionante colección de momias de la cultura Chinchorro, las más antiguas del mundo, con más de 7,000 años de antigüedad. Este museo es una ventana al pasado y una excelente manera de aprender sobre las culturas precolombinas que habitaron la región.
4. Recorrer el Valle de Lluta
Otro atractivo cercano a Arica es el Valle de Lluta, conocido por sus petroglifos y su biodiversidad. Puedes explorar senderos que te llevan a antiguos grabados en piedra creados por los pueblos indígenas. Además, el valle es hogar de una rica avifauna, ideal para los amantes de la observación de aves.
En el camino hacia el valle, no te pierdas la Iglesia de San Jerónimo de Poconchile, una construcción colonial que data del siglo XVII.
5. Descubrir el Parque Nacional Lauca
A unas pocas horas de Arica, en la precordillera andina, se encuentra el Parque Nacional Lauca, un paraíso para los amantes de la naturaleza. Este parque es famoso por:
- El Lago Chungará: Uno de los lagos más altos del mundo, rodeado de volcanes como el Parinacota y el Pomerape. Su paisaje es digno de postal.
- Flora y fauna andina: El parque alberga llamas, alpacas, vicuñas, flamencos y una variedad de plantas nativas.
- Pueblos altiplánicos: Visita comunidades como Parinacota, donde puedes admirar la arquitectura típica y disfrutar de la tranquilidad de la zona.
Es importante llevar ropa abrigada y prepararse para la altitud, ya que el parque está situado a más de 4,500 metros sobre el nivel del mar.
6. Caminar por el Desierto y los Geoglifos
El desierto que rodea Arica está lleno de enigmas y arte rupestre. Los geoglifos de Cerro Sagrado y el Gigante de Atacama son algunos de los ejemplos más impresionantes. Estas gigantescas figuras trazadas en el suelo representan animales, figuras humanas y patrones geométricos creados por culturas prehispánicas. Es un lugar único para reflexionar sobre la relación entre los antiguos habitantes y su entorno.
7. Saborear la Gastronomía Local
La gastronomía de Arica combina influencias andinas y costeras, ofreciendo sabores únicos. Algunos platos que no te puedes perder incluyen:
- Ceviche de pescado fresco: Preparado con productos locales, es un plato imperdible.
- Chumbeque: Un dulce típico de la región, hecho de miel de caña, harina y diversos sabores.
- Platos con quinua y choclo: Ingredientes base de la cocina andina, que se preparan de múltiples formas.
- Ají de gallina y cazuela de cordero: Ejemplos de la fusión entre las tradiciones chilenas y altiplánicas.
No olvides visitar el mercado central de Arica para probar frutas tropicales frescas como el mango y la guayaba.
8. Explorar la Catedral de San Marcos
Diseñada por el famoso arquitecto Gustave Eiffel, la Catedral de San Marcos es uno de los edificios más emblemáticos de Arica. Construida en el siglo XIX, esta iglesia destaca por su arquitectura de estilo gótico y su estructura metálica. Es un punto histórico y cultural que vale la pena conocer.
9. Disfrutar del Festival de la Primavera
Si visitas Arica en noviembre, no te pierdas el Festival de la Primavera, una celebración llena de color y alegría. Este evento reúne desfiles, música, bailes y actividades culturales, mostrando la rica diversidad de la región.
10. Realizar Deportes de Aventura
Para los amantes de la adrenalina, Arica ofrece diversas opciones de deportes de aventura, como:
- Parapente: Desde las alturas del desierto, tendrás una vista impresionante de la ciudad y el océano.
- Sandboard: Las dunas cercanas son perfectas para deslizarse en tablas.
- Trekking: Hay numerosas rutas en la precordillera, ideales para explorar paisajes únicos.
11. Sumergirse en la Cultura Afrodescendiente
Arica tiene una rica herencia afrodescendiente, que se puede apreciar en localidades como Camarones. Aquí puedes aprender sobre las tradiciones, música y danzas de las comunidades afro-chilenas, y participar en actividades culturales.
12. Conocer el Museo de Sitio Colón 10
Este museo es único, ya que fue construido alrededor de un sitio arqueológico donde se encontraron restos humanos bien preservados de la cultura Chinchorro. Es una experiencia íntima y educativa para quienes desean profundizar en la historia de esta civilización.
13. Excursión al Oasis de Codpa
A 110 kilómetros de Arica, el pueblo de Codpa es conocido por su tranquilidad, arquitectura colonial y producción de vino pintatani, un vino artesanal con raíces prehispánicas. Es un lugar perfecto para desconectarse y disfrutar de la naturaleza.