El turismo en Chile ha sido históricamente uno de los motores del desarrollo regional. Sin embargo, los efectos del cambio climático están transformando la forma en que se viaja, los destinos preferidos y la manera de disfrutar la naturaleza. En 2026, esta relación entre clima y turismo será más evidente que nunca.
Desde el aumento de las temperaturas en el norte hasta los cambios en los patrones de lluvia en el sur, las modificaciones climáticas plantean nuevos desafíos, pero también oportunidades para un turismo más sustentable y consciente.
Cambios climáticos que ya afectan al turismo chileno
Chile, por su geografía alargada y contrastante, es uno de los países donde el cambio climático se percibe de forma más diversa. En el norte, la desertificación avanza; en el centro, las sequías prolongadas son cada vez más comunes; y en el sur, los ecosistemas húmedos se ven alterados por cambios en las precipitaciones.
Algunos impactos directos en el turismo son:
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Retroceso de glaciares en la zona sur, afectando el atractivo natural de parques como Torres del Paine y Laguna San Rafael.
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Olas de calor más intensas que modifican las temporadas turísticas en zonas como el Valle del Elqui y San Pedro de Atacama.
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Aumento del riesgo de incendios forestales, especialmente en regiones como Valparaíso, Biobío y La Araucanía.
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Alteraciones en la flora y fauna que cambian las experiencias de ecoturismo y observación de especies.
Estos fenómenos no solo afectan la disponibilidad de destinos, sino también la infraestructura, el transporte y la percepción de seguridad ambiental de los visitantes.
El turismo sustentable como respuesta al cambio climático
Ante este escenario, el turismo sustentable aparece como la principal estrategia para enfrentar los efectos del cambio climático. En 2026, se espera que tanto el sector público como el privado fortalezcan políticas de adaptación y mitigación ambiental.
Entre las iniciativas más relevantes destacan:
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Certificaciones verdes para alojamientos que reducen la huella de carbono y promueven el uso eficiente de energía.
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Promoción del ecoturismo comunitario, donde las comunidades locales ofrecen experiencias con bajo impacto ambiental.
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Campañas de educación turística, impulsadas por el SERNATUR, para fomentar buenas prácticas en los visitantes.
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Regulación ambiental del transporte turístico, especialmente en zonas de alta afluencia como San Pedro, Pucón y Puerto Varas.
La tendencia apunta a un cambio de mentalidad: pasar del turismo masivo al turismo responsable.
Zonas de Chile más vulnerables al cambio climático
Ciertos destinos turísticos serán más sensibles a los efectos del clima en 2026:
Norte Grande y Norte Chico
El aumento de las temperaturas y la escasez hídrica afectarán actividades como el turismo astronómico o los recorridos por oasis y salares. Sin embargo, la innovación tecnológica permitirá ofrecer experiencias más sostenibles, como alojamientos autosuficientes o tours nocturnos con bajo consumo energético.
Zona Central
El estrés hídrico impactará directamente al enoturismo y al turismo rural, especialmente en el Valle de Casablanca y Colchagua. Las viñas ya implementan estrategias de riego eficiente y reforestación para mantener la producción y la experiencia turística.
Zona Sur y Austral
El derretimiento de glaciares, la variación en las lluvias y los incendios forestales son amenazas serias. Pero al mismo tiempo, se espera un auge del turismo científico y educativo, que busca comprender y documentar estos cambios climáticos.
Puedes leer más sobre cómo el turismo rural se está adaptando a nuevas condiciones en este artículo sobre turismo rural en Chile.
Nuevas oportunidades para el turismo chileno en 2026
Aunque el cambio climático plantea retos, también abre oportunidades para innovar en la oferta turística:
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Expansión del turismo de montaña durante temporadas más largas gracias al aumento de temperaturas.
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Revalorización del turismo costero en zonas que mantienen condiciones estables, como Coquimbo y Atacama.
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Creación de rutas de turismo científico y climático, donde los visitantes pueden aprender sobre ecosistemas en transformación.
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Crecimiento del turismo interno, impulsado por campañas que promueven destinos cercanos y de bajo impacto.
Estas transformaciones muestran que Chile puede posicionarse como un referente del turismo resiliente, capaz de adaptarse a un planeta cambiante.
Cómo prepararse para viajar de forma responsable en 2026
El rol del viajero también será clave. Los turistas conscientes podrán contribuir a la mitigación del cambio climático siguiendo prácticas simples pero efectivas:
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Preferir alojamientos certificados como sustentables.
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Usar transporte público o bicicletas en lugar de autos privados.
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Evitar plásticos de un solo uso durante el viaje.
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Participar en actividades locales con enfoque ecológico.
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Compensar la huella de carbono de los vuelos.
Estas pequeñas acciones colectivas pueden tener un impacto significativo en la conservación de los destinos chilenos.
Medidas del gobierno chileno frente al impacto climático en el turismo
El Ministerio del Medio Ambiente, junto al SERNATUR y CORFO, trabaja en proyectos para reducir la vulnerabilidad del sector turístico frente al cambio climático. En 2026 se espera la implementación de:
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Programas de capacitación para emprendedores turísticos en gestión sustentable.
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Fondos de apoyo a la reconversión energética de establecimientos turísticos.
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Estudios de riesgo climático por región para planificar inversiones seguras.
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Campañas educativas orientadas a viajeros nacionales e internacionales.
Estas medidas buscan mantener la competitividad del turismo chileno y proteger su patrimonio natural y cultural.
Puedes revisar otros temas ambientales en el artículo Regulación de residuos textiles en Chile y su impacto en moda, cultura y medio ambiente.
Perspectivas del turismo chileno frente al cambio climático
A pesar de las dificultades, el turismo chileno tiene una oportunidad única en 2026 para demostrar liderazgo ambiental. Las experiencias sustentables, la educación climática y la diversificación de destinos serán pilares fundamentales para el futuro.
Chile, con su biodiversidad y su geografía extrema, puede transformarse en un laboratorio natural para el turismo responsable. Pero esto dependerá del compromiso colectivo entre viajeros, empresarios y autoridades para proteger el entorno y adaptarse a los nuevos tiempos.