Es bastante común en estos tiempos que las personas prefieran tener mascotas y no hijos. Sin importar los motivos, tener a cargo un animal doméstico implica la responsabilidad de que tu mascota (perro, gato, ave, pez, tortuga, conejo, etcétera) tenga condiciones de vida adecuadas.
La tenencia responsable y el cuidado de una mascota va más allá de proveer alimentación y agua. Esta también implica permitir que el animal se comporte en razón de su instinto y no como pensamos debería ser. Asimismo, es importante suplir las necesidades de socialización (paseos y juegos), respetar su espacio cuando se dan demostraciones de afecto y estar atentos a los requerimientos propios de cada mascota conforme a su naturaleza. En efecto, no sólo se trata de acudir al médico(a) veterinario(a) cuando toca la vacuna o queremos realizar chequeos semestrales, sino que también es importante ser cuidadoso(a) y prestar atención a las señales que nos permiten ver el estado de ánimo y la salud de nuestra mascota.
En ocasiones podemos preocuparnos y preguntarnos: ¿qué tiene?, ¿le pasa algo que lo(a) tiene decaído(a)?, ¿por qué no ha comido en todo el día?, ¿será que está enfermo(a) porque sus heces son diferentes / de un color extraño?, ¿por qué se esconde cuando me ve?, ¿por qué el color de la orina es oscuro?
Te recomendamos que cuando notes en tu mascota un comportamiento raro o inusual prestes atención; el conocimiento que tienes de él o ella te ayudará a identificar alguna anomalía de su salud. A continuación, te dejamos unas señales que pueden ser sinónimo de dolor o de que no la está pasando bien:
-
Sus heces tienen un color o consistencia fuera de lo usual. Preocúpate si son rojas.
-
Lleva varios días sin comer, incluso sus alimentos favoritos.
-
No te recibe cuando vuelves a casa ni se emociona cuando te ve.
-
Se agacha, encoje su cola y se aparta repentinamente.
-
Se esconde de ti por mucho tiempo y no busca socializar.
-
Su aliento huele feo o es demasiado fuerte para lo acostumbrado.
-
Se lame en exceso alguna zona de su cuerpo.
-
Duerme todo el tiempo. Si es de edad avanzada, puede ser normal.
-
No tiene energía para hacer lo que normalmente hacía, está aletargado(a).
-
Su orina es de un color anaranjado o rojo.
Créeme, no eres la(el) única(o) que se preocupa por su mascota. Naturalmente, hay cosas que desconocemos y en ese caso es importante acudir a tu médico veterinario de confianza para que le brinde la atención que requiere tu mascota y así pueda recuperar su salud.