Cómo es el estilo de vida en Corea del Norte

Cómo es el estilo de vida en Corea del Norte

Corea del Norte es uno de los países más herméticos y enigmáticos del mundo. Bajo el gobierno dictatorial de la familia Kim desde 1948, ha creado una sociedad completamente aislada del resto del planeta. Este aislamiento ha generado una percepción de Corea del Norte como un lugar casi impenetrable, lo que ha dejado muchas incógnitas sobre la vida cotidiana de sus ciudadanos. A pesar de que solo un puñado de extranjeros tiene acceso al país y la información es estrictamente controlada por el régimen, lo que sabemos proviene de desertores, visitantes limitados y reportes internacionales.

 

1. Un sistema político totalitario: El culto a la dinastía Kim

 

Corea del Norte es, en esencia, una monarquía comunista. El país ha estado bajo el control absoluto de la familia Kim desde su fundación, empezando con Kim Il-sung, seguido por su hijo Kim Jong-il, y actualmente bajo el mando de su nieto, Kim Jong-un. La ideología oficial del país es el Juche, una doctrina de autosuficiencia que mezcla ideas del marxismo-leninismo con un ferviente nacionalismo y un culto a la personalidad de los líderes.

 

En Corea del Norte, las imágenes de los líderes pasados y presentes están en todas partes: desde las paredes de las casas, hasta las escuelas y oficinas, y son objeto de veneración. Es obligatorio que cada ciudadano tenga en su hogar retratos de los líderes, y la falta de respeto hacia ellos puede ser severamente castigada. Las grandes estatuas de los Kim en Pyongyang son lugares de peregrinación para los norcoreanos y visitantes extranjeros.

 

El control sobre la información y las creencias está a cargo del Partido de los Trabajadores de Corea, que tiene el monopolio de todas las instituciones y estructuras sociales. Los ciudadanos son adoctrinados desde la infancia, y la propaganda es omnipresente, alimentando la narrativa de que el país es una fortaleza bajo asedio por parte de enemigos externos, principalmente Estados Unidos y Corea del Sur.

 

2. Restricciones a la libertad personal y de movimiento

 

Uno de los aspectos más conocidos de la vida en Corea del Norte es la falta de libertades civiles. La mayoría de los norcoreanos no tiene la libertad de moverse dentro del país sin permisos especiales y mucho menos de viajar al extranjero. Solo las élites del partido, militares y algunos diplomáticos tienen acceso limitado a viajar fuera de Corea del Norte, aunque siempre bajo estricta vigilancia.

 

El país está dividido en clases sociales a través de un sistema llamado songbun, que clasifica a las personas según la lealtad de sus familias al régimen. Esta clasificación influye en todos los aspectos de la vida de un ciudadano, desde la educación que pueden recibir hasta el tipo de trabajo y lugar donde pueden vivir. La clase más alta es la core o clase "leal", compuesta por aquellos cuyas familias fueron cercanas a Kim Il-sung en los primeros años de la fundación del Estado. En la parte más baja del sistema están los considerados "hostiles", aquellos con antecedentes familiares de apoyo a Corea del Sur o críticas al régimen.

 

3. Vida cotidiana: Trabajo, vivienda y alimentación

 

La vida diaria en Corea del Norte es en gran parte rural, con más de la mitad de la población viviendo fuera de las ciudades. Los norcoreanos que viven en zonas rurales, especialmente en las áreas montañosas del norte, a menudo enfrentan condiciones de vida difíciles, con acceso limitado a recursos básicos como alimentos y atención médica. En estas áreas, la agricultura es el principal medio de subsistencia, aunque las técnicas agrícolas son en su mayoría tradicionales y los equipos modernos son escasos.

 

En las ciudades, la vida es más estructurada y controlada. El trabajo es asignado por el Estado, y aunque no hay desempleo en el sentido formal, el trabajo puede ser físicamente demandante y poco remunerado. Los ciudadanos trabajan largas horas y deben participar en tareas colectivas adicionales, como la construcción de infraestructura o el trabajo agrícola estacional.

 

El acceso a la vivienda también está controlado por el Estado. Las viviendas en las ciudades suelen ser bloques de apartamentos simples y funcionales, pero a menudo carecen de comodidades modernas como calefacción central o agua corriente las 24 horas. Pyongyang, la capital, es una excepción; la ciudad está reservada en gran parte para las élites del partido y sus familiares, y las infraestructuras allí son significativamente mejores que en el resto del país.

 

El acceso a los alimentos ha sido históricamente uno de los mayores problemas de Corea del Norte. El país ha sufrido hambrunas devastadoras, especialmente durante la década de 1990, cuando se estima que murieron entre 240,000 y 3.5 millones de personas. Aunque la situación ha mejorado ligeramente en los últimos años, la desnutrición sigue siendo un problema común. Los alimentos son distribuidos por el Estado, pero la calidad y cantidad varía enormemente según la ubicación y el estatus social. La dieta típica incluye arroz, maíz y verduras, aunque las proteínas como carne o pescado son difíciles de conseguir para la mayoría.

 

4. Educación y adoctrinamiento

 

La educación en Corea del Norte es obligatoria y gratuita hasta los 17 años. Desde una edad temprana, los niños son adoctrinados en la ideología del Juche y en la lealtad a la familia Kim. El sistema educativo se centra en temas como la historia revolucionaria de Corea del Norte, con una fuerte dosis de propaganda sobre los éxitos del régimen y la superioridad de su sistema.

 

A nivel técnico y universitario, el acceso está limitado según el songbun, lo que significa que solo aquellos de familias políticamente leales pueden aspirar a una educación superior de calidad. Las universidades de Pyongyang, como la Universidad Kim Il-sung, están reservadas para las élites.

 

Además de la educación formal, los norcoreanos también participan en sesiones regulares de "autocrítica", donde deben confesar sus errores y fallos frente a sus compañeros, lo que refuerza el control social y la vigilancia.

 

5. Medios de comunicación y entretenimiento: Un monopolio del Estado

 

Corea del Norte tiene uno de los sistemas de medios de comunicación más cerrados del mundo. La televisión, la radio y los periódicos están controlados por el Estado, y todo el contenido se utiliza como una herramienta de propaganda. No hay medios independientes ni acceso a internet para la población general. Solo las élites del gobierno tienen acceso limitado a internet, mientras que la población tiene acceso solo a una red interna cerrada, conocida como Kwangmyong, que contiene información controlada y aprobada por el gobierno.

 

El entretenimiento también está controlado. Las películas, la música y los programas de televisión son producidos en su mayoría por el Estado, con el objetivo de glorificar al régimen y a la familia Kim. Sin embargo, a pesar de las restricciones, en los últimos años se ha reportado que contrabando de medios extranjeros, especialmente de Corea del Sur, ha comenzado a penetrar las fronteras. Películas, series de televisión y música surcoreana y china circulan clandestinamente en memorias USB y DVD, y su posesión puede llevar a severos castigos.

 

6. Salud y bienestar

 

El sistema de salud en Corea del Norte es supuestamente gratuito y accesible para todos los ciudadanos, pero en la práctica, está gravemente subfinanciado y carece de los suministros más básicos. Muchas instalaciones médicas, especialmente fuera de Pyongyang, carecen de medicamentos, equipos médicos modernos y personal capacitado. Se ha reportado que los pacientes deben llevar sus propios suministros, como jeringas o medicinas, cuando buscan atención médica.

 

La esperanza de vida en Corea del Norte es más baja que en muchos países vecinos, y la desnutrición, las enfermedades infecciosas y la falta de acceso a atención médica adecuada son problemas graves, especialmente en las zonas rurales.

 

7. Religión y creencias: Un país oficialmente ateo

 

Corea del Norte se declara como un país ateo, y la religión organizada está prácticamente prohibida. Aunque oficialmente hay algunas iglesias y templos en Pyongyang, se cree que estos son principalmente decorativos y utilizados como propaganda para mostrar al mundo que existe libertad religiosa en el país. En la práctica, cualquier práctica religiosa no controlada por el Estado es severamente castigada. Las iglesias cristianas clandestinas, por ejemplo, son objeto de persecución, y se sabe que los practicantes religiosos han sido enviados a campos de trabajo forzado.

 

El único culto permitido es el de la familia Kim, y se espera que todos los ciudadanos participen activamente en la veneración de los líderes.

 

8. El temor a los campos de prisioneros

 

Uno de los aspectos más aterradores de la vida en Corea del Norte es la existencia de campos de prisioneros políticos, conocidos como kwanliso. Se estima que entre 80,000 y 120,000 personas están encarceladas en estos campos, donde son sometidas a trabajos forzados, torturas y condiciones inhumanas. Los presos incluyen no solo a aquellos que han cometido delitos políticos, sino también a sus familiares, ya que en Corea del Norte, la culpabilidad se extiende a la familia en lo que se conoce como castigo por asociación.

 

Muchos desertores norcoreanos han testificado sobre los abusos y horrores de estos campos, donde los prisioneros son tratados como enemigos del Estado y se ven obligados a trabajar en condiciones brutales. El gobierno de Corea del Norte niega la existencia de estos campos, pero las imágenes satelitales y los testimonios de los sobrevivientes sugieren lo contrario.


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